Angeles Heras Caballero. aheras@farm.ucm.es
Catedrática de Química Física. Departamento de Química en Ciencias Farmacéuticas. Instituto Pluridisciplinar. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense. Madrid. Spain
Para la gran mayoría de los ciudadanos del mundo, viviendo en cualquier lugar, es algo novedoso pero ya conocido el concepto de “cambio climático”.
Independientemente de las ideologías que lo niegan sin ninguna base científica, en cualquier parte del mundo, los habitantes del planeta tierra lo vivimos y lo estamos percibiendo ya de una forma notoria.
Ante esta situación compartida globalmente, las preguntas y respuestas sobre el origen, avance y consecuencias, inevitablemente deben estar basadas en la ciencia, el conocimiento y el método científico.
Las secuencias de datos experimentales en un rango amplio de tiempo medido en años, sobre temperatura, humedad, vientos y demás variables tratados con rigor nos aportan el conocimiento para comprobar lo que está ocurriendo. No hay creencias, hay DATOS EXPERIMENTALES.
De igual forma las relaciones entre energías consumidas, gases emitidos y otros indicadores en el tiempo confirman con DATOS EXPERIMENTALES la acción debida a la humanidad.
Por tanto, es y será la ciencia y la investigación quien plantee preguntas y dé respuestas a la situación que vivimos. Y de nada servirá que solo una parte mínima de los ciudadanos conozca y entienda los conceptos implicados.
Es necesario investigar, innovar, crear tecnologías limpias pero será mucho más eficaz su expansión, si la gran mayoría de los ciudadanos comprende y asumen el objetivo fundamental que no es otro que “no despilfarrar los recursos energéticos del planeta”.
Para que esto suceda hacen falta la concurrencia de muchos factores que van desde la economía, la ideología, la tecnología industrial hasta llegar al comportamiento de cada individuo en su día a día.
Ahora bien, esa concurrencia total hacia el objetivo común, no funcionará SIN EL APOYO DE LOS CONOCIMIENTOS BÁSICOS CIENTÍFICOS en el mayor número de ciudadanos.
Es necesario hacer llegar mensajes basados en conceptos básicos científicos sobre equilibrios energéticos, relación entre calor, masa, diferentes formas de energía, (no es otra cosa que termodinámica) que impregnan todas nuestras actividades, nuestra salud y la del planeta.
Disciplinas como la química, la física y las matemáticas, pueden y deben aportar mucho en esta tarea.
Será labor de los científicos, profesionales de la docencia, planes de estudio y divulgación científica que estas materias científicas ayuden a todos los ciudadanos a entender, a vivir y a tratar de mitigar el cambio climático.
En los siguientes capítulos se desarrollará lo expuesto en este resumen.
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